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Operacion de Negocios en Quiebra

Efecto paralizador de la quiebra permite al negocio continuar operando.


¿Qué efecto tiene radicar quiebra para un negocio? La mera radicación de la petición de quiebra  provoca una orden de paralización de las acciones contra la propiedad del negocio. Por ello, al radicar un caso de quiebra, el negocio obtiene el cese inmediato de las acciones de cobro que están realizando los acreedores, sin distinción del tipo de acreedor o del  tipo de acción. Es decir, sea un banco, un acreedor institucional, un individuo o una agencia gubernamental como el Departamento de Hacienda o el Internal Revenue Service, las reclamaciones, cartas de cobro, demandas, embargos preventivos o de otro tipo contra la empresa cesan de inmediato una vez ésta radica la quiebra.

Bajo Capítulo 11 y 13 la radicación de quiebra le permite al negocio continuar operando, “respirar” y proponer un plan de pago con la oportunidad de reorganizarse de manera ordenada. Por ello, si ocurre un cierre por motivo de embargo por deuda contributiva de IVU o de cualquier otra naturaleza, el negocio podrá abrir y seguir trabajando con la mera radicación de una petición de quiebra.


La mera radicación del caso le permitirá al negocio la reconexión de los servicios para seguir su operación usual.

CAPITULO 13 O CAPITULO 11 PARA MANTENER EL NEGOCIO EN OPERACION


La manera de operar un negocio puede realizarse por un individuo, comúnmente conocido como d/b/a  (“doing business as” o “haciendo negocios como”), o a través de una Corporación, la cual tiene una personalidad legal independiente al individuo. Si el negocio se trata de un individuo que “hace negocios como”, la reorganización económica para continuar operando el negocio típicamente se realiza a través del Capítulo 13. Si se trata de una Corporación la que interesa o necesita reestructurar su deuda para continuar en operación, se utiliza el Capítulo 11.


Cada uno de estos capítulos tiene su particularidad, sus reglas y sus procesos. Sin embargo, el propósito de ambos capítulos es el mismo: permitirle al deudor, en este caso al Negocio, la oportunidad de continuar operando y reorganizar su deuda en un plan de pago que cumpla con las disposiciones de la Ley. De esta manera el negocio emerge de la deuda y continúa su operación.


Cuando un negocio se acoge a quiebra incluye fundamentalmente todo tipo de deuda. El plan de pago, ya sea en Capítulo 13 o en Capítulo 11, proveerá tratamiento a cada una de las deudas, dependiendo de su naturaleza, de los términos contractuales, y de los acuerdos que puedan alcanzarse con las partes.


Luego de que se radica el caso, el negocio típicamente tiene la obligación de rendir informes mensuales de la operación hasta que se emite la orden de confirmación del plan de pagos por el Tribunal de Quiebras. En los Capítulos 13 el  negocio d/b/a realiza los pagos mensuales del plan a un síndico quien desembolsa pagos a los acreedores. Cuando se trata de Corporaciones en el Capítulo 11, el negocio es un deudor en posesión y éste mismo es quien  emite los pagos a los acreedores una vez el plan es confirmado.


PLANIFICACION  ESTRATEGICA O SALVAVIDAS DE EMERGENCIA


La planificación financiera estratégica de un negocio es lo ideal. Radicar una quiebra puede formar parte de esta planificación estratégica. Cuando un negocio atraviesa problemas económicos el escenario idóneo es identificar el problema y buscar una posible solución en reducción de gastos, como por ejemplo: reducir inventario, empleomanía y localidades. En esta coyuntura, la radicación de quiebra puede ser de gran ayuda porque el proceso se puede aprovechar para reducir o eliminar deudas y para terminar contratos que de otra forma sería impracticable lograr.


En otras ocasiones, como cuando ocurren embargos, desconexiones de servicios, cierres o amenazas de confiscación de activos, la radicación de una quiebra para el negocio es la salida estratégica de emergencia  para mantenerlo a flote. Sin embargo, la radicación de una quiebra de emergencia para un negocio tiene los mismos atributos que la planificada, ya que deja sin efecto las gestiones de cobro que lo atribulan y que no le permiten el desarrollo deseado. Radicada la quiebra y lograda la calma, se buscan los acuerdos necesarios para continuar o no con la operación.


En resumen, si un negocio o empresa tiene problemas económicos que no le permiten pagar sus deudas, o está siendo amenazado o embargado por el Departamento de Hacienda o el Internal Revenue Service por deuda contributiva, IVU, etc, éste tiene un derecho muy poderoso que ejercer.  Ante un problema de esta naturaleza la radicación de una quiebra de reorganización bajo el Capítulo 11 o 13 es la herramienta  más efectiva que tienen los negocios para continuar operando e intentar logar una reorganización financiera ordenada.




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