Por Lcdo. Enrique Almeida
A pesar de muchas predicciones en sentido contrario, las quiebras de empresas en Estados Unidos ralentizaron en 2021. Desde enero 2021, hemos visto más de 330 radicaciones de quiebra de empresas. Curiosamente, esto representa el número más bajo de solicitudes de quiebra desde 2010. Sin embargo, según los datos de S&P Global Market Intelligence, es probable que la situación cambie pronto.
En 2022, se reducirá el apoyo del programa de estímulo de la Reserva Federal y de los prestamistas. Es probable que las interrupciones de la cadena de suministro y los cierres de fábricas provoquen escasez de inventario en los próximos meses. Los analistas consideran que esto dificultará que los minoristas alcancen sus objetivos de ingresos, lo que podría desencadenar una oleada de solicitudes de quiebra.
Los expertos temen que las empresas más pequeñas sean más vulnerables que las grandes empresas públicas, debido a su acceso más restringido a los mercados de capital. Por otro lado, los consumidores están comprando, al menos por ahora.
El futuro del sector minorista
El espectro de la quiebra del comercio minorista se cernió sobre el año 2021, destacando Global Brands USA, Sequential Brands Group y Belk entre las mayores quiebras. Según Coresight Research, el número de cierres de tiendas fue significativo: hasta septiembre, los minoristas estadounidenses habían confirmado más de 4,800 cierres, en comparación con los casi 2,200 cierres de 2020.
Para complicar el problema de los cierres, el sector minorista está sufriendo una escasez urgente de mano de obra. En junio, más de 630.000 trabajadores dejaron sus puestos en el comercio minorista. Empresas como Under Armour, Lululemon y Tapestry se centran ahora en varios elementos de retención de los empleados, incluidos los aumentos salariales.
Pero no todo es malas noticias. Contra todo pronóstico, varios grandes minoristas han negociado con éxito los procedimientos de quiebra y han disfrutado de una nueva oportunidad, aunque todavía no estén totalmente saneados. El Capítulo 11 ha demostrado realmente su valor para la industria en su momento de necesidad.
¿Qué ha funcionado hasta ahora?
Algunas marcas muy queridas han empleado las medidas del Capítulo 11 con gran efecto. Por ejemplo, Neiman Marcus fue una de las primeras en tomar esta vía tras el inicio de la pandemia. Finalmente resurgió en septiembre de 2020 y tiene otra oportunidad de sobrevivir, aunque la lista de Moody's reconoce a la empresa como "minorista vulnerable".
J. Crew, J.C. Penney, Ascena y GNC también se declararon en quiebra en 2020. Pero eso les permitió reestructurar su deuda y replantear viejos modelos de negocio, dejando el proceso de reorganización en un estado más saludable.
En algunos casos, las empresas pudieron reducir sus informes financieros públicos tras reorganizarse bajo propiedad privada, lo que las hizo menos visibles para las empresas que analizan el riesgo de impago y de quiebra. Esto elimina la presión, dando a las empresas un respiro muy necesario para concentrarse en tomar las medidas necesarias para garantizar su plena recuperación.
Party City ha vuelto a tener ganancias, después de sufrir enormes pérdidas durante la pandemia. Tras cerrar cientos de tiendas y acogerse al Capítulo 11, Tailored Brands salió de la quiebra el pasado mes de diciembre, y desde entonces ha conseguido 75 millones de dólares en capital de emergencia.
Muchas de estas empresas aún no se encuentran fuera de peligro. No obstante, sus experiencias muestran la utilidad del Capítulo 11 para las organizaciones que necesitan la oportunidad de reestructurar y reequilibrar.
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